No veo con claridad
sino los monstruos de mi mente.
Observando su indigna danza,
al son del pálpito
que se introduce en mis oídos,
no volveré a estar cuerda
para atarme a este tiempo.

No veo con claridad
sino los monstruos de mi mente.
Observando su indigna danza,
al son del pálpito
que se introduce en mis oídos,
no volveré a estar cuerda
para atarme a este tiempo.