El olvido es como un niño que va de la mano de la decisión de marcharse, y esta lo va arrastrando porque él no quiere caminar. Por eso, aunque te vayas, el olvido tarda siempre un poco más.
El olvido es como un niño que va de la mano de la decisión de marcharse, y esta lo va arrastrando porque él no quiere caminar. Por eso, aunque te vayas, el olvido tarda siempre un poco más.