No duermas y dejes las puertas abiertas
en tu cama entrarán fantasmas
y cuerpos desnudos de mujer.
Tendrás que esconder nuestras fotos en el cajón
las sombras y las almas no se llevan bien.
Ya sabes cómo hacerlo.
Y ojalá la gente siga hablando de más
y ojalá no nos echemos de menos.
Yo intento dormir y cierro
las puertas a cal y canto,
que no entren los demonios
y agarraren con sus uñas a mis santos.
Les gusta arrancarme las vísceras
con los dientes.
Antes solía sangrar,
ahora termino vomitando
mis miedos.
La bilis amarilla y la hiel inundan el cuarto
pero se quita la náusea que me dejaste.
No pretendo comprender este dolor.
No importan las preguntas.
Tampoco buscaré entenderte,
eso sería equipararme a tu locura.
Aunque no lo creas yo aún no estoy loca.
Nunca habrá canciones para esta derrota.
Cuéntales a los fantasmas que ya no me quieres
y que hace tiempo
y frío…
que te has dado cuenta
de que las sombras de esos cuerpos
son las únicas mujeres de tu vida
y desnúdalas de nuevo.
Ya sabes cómo hacerlo.
Aunque no te arrepientas de nada,
habiendo gastado mil balas,
con disparos a quemarropa
y vendas que han cegado destellos,
tu condena será descubrir que no hay claridad
en esos besos
y escribir mi obituario con aullidos
en el ocaso a eros.
Ya sabes cómo hacerlo.